La hija mayor.
Es el sentido común de Lola. Su responsabilidad. La estabilidad y su sostén. Su cómplice y también su control, su fiscal. Muchas veces en connivencia con su abuela Pilar.
Durante muchos años ha ejercido de madre de su madre. Poniendo orden. Cuidándola. Ejerciendo un papel que no le pertenecía. Y que le ha privado de muchas cosas. Generándole una inconfesable debilidad y una necesidad silenciada de ser valorada, querida. Y admirada.